En 2025 se cumplen 20 años de la aprobación de la Ley 4/2005, de 18 de febrero, para la Igualdad de Mujeres y Hombres y Vidas Libres de Violencia Machista contra las Mujeres, una ley pionera que colocó la igualdad de género en el centro de las políticas públicas vascas. Esta norma supuso un salto cualitativo en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y en la promoción de condiciones para que la igualdad fuera real y efectiva en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural y política.
A lo largo de estas dos décadas, la Ley ha impulsado el desarrollo de una arquitectura institucional sólida, con la creación de órganos como Emakunde – Instituto Vasco de la Mujer, el despliegue de planes de igualdad sectoriales y la inclusión del enfoque de género en múltiples normativas autonómicas. También ha contribuido a fortalecer la transversalidad de género en la acción pública, promoviendo que todas las instituciones, entidades y agentes sociales integren la igualdad como un eje estratégico.
A nivel estatal, este aniversario se celebra con un acto oficial impulsado por el Ministerio de Igualdad, reconociendo el valor transformador de las leyes autonómicas y su aportación al avance de los derechos de las mujeres en todo el Estado.
En el caso concreto de Euskadi, este aniversario es también una oportunidad para reflexionar colectivamente sobre los logros alcanzados y los retos aún pendientes. En este marco, se pone en valor el papel de espacios de participación y comunidad como las Euskal Etxeak, que no solo preservan y proyectan la cultura vasca en el mundo, sino que también se han convertido en agentes activos en la construcción de sociedades más justas, igualitarias y libres de violencia y discriminación.
El impulso de iniciativas como Euskal Berdintasunerako Etxeak – Berdintasunerako Eskola responde a este compromiso, ofreciendo a las Euskal Etxeak herramientas, formación y acompañamiento para incorporar la igualdad entre mujeres y hombres en su funcionamiento, su organización interna y sus actividades culturales, educativas y sociales.
Celebrar estos 20 años implica reconocer el camino recorrido, pero también renovar el compromiso institucional y colectivo con una igualdad efectiva y sostenible, que llegue a todos los rincones de nuestra sociedad y que se traduzca en vidas más dignas, libres y diversas para todas las personas.